
Saludos
EmpecĆ© mi viaje en este planeta en Michigan en los Estados Unidos. Soy el tercero nacido de cinco. CrecĆ en la ciudad. En mi opinión, soy muy afortunado por la vida que he llevado. Soy grande en la comunidad y la familia. Tengo dos niƱos; AdĆ©n y Aloe. Mi pareja Sonya es increĆble. Ella divide su tiempo entre criar a nuestra hija y trabajar en una exitosa carrera como actriz. Producimos un podcast llamado Swirled.
Valoro el amor, la comunidad, la armonĆa, el crecimiento, la diversión y la contribución a una causa mayor que la mĆa. Mis metas en la vida son simples:
Ser la mejor versión de mà mismo. Dejar las cosas armoniosamente mejor que como las encontré, y ayudar a todos los demÔs a llegar a donde sea que los lleve su viaje.
āTodo sobre mi
Mi primera clase de yoga fue una clase comunitaria en Modo Yoga Portland. En ese entonces se llamaba "Clase de Karma" y era un viernes por la noche. Fui invitado como invitado por un amigo. En ese momento estaba buscando una manera de establecer una mayor conexión con mi cuerpo. Siempre he sido atlĆ©tico. Me encantan los deportes, el baile, las artes marciales, todas actividades muy fĆsicas que demandan conexión entre mente y cuerpo, y sin embargo me sentĆa desconectada. Tuve una prĆ”ctica de meditación activa y faltaba algo. La clase comunitaria en Modo creó una nueva arruga muy necesaria en mi cerebro. Era una clase de Hatha yoga, muy parecida a la que yo doy. Fue a principios de noviembre y la habitación calurosa era perfecta para una frĆa noche de viernes. Yo estaba all-in por el primer savasana. El instructor no tenĆa idea de cuĆ”nto cambiaron mi mundo esa noche. La clase fue genial.
Esa misma noche me enterĆ© del programa Energy Exchange. El intercambio de energĆa es un sistema de intercambio en el que podĆa ser voluntario cuatro horas a la semana y, a cambio, podĆa asistir a todas las clases que Modo ofrecĆa como estudiante de intercambio de energĆa. ParecĆa especialmente gratificante intercambiar mano de obra por una prĆ”ctica de yoga. EnviĆ© un correo electrónico a los propietarios al dĆa siguiente.
Mi turno era los viernes por la noche de 4 a 8 pm. Mi trabajo consistĆa en lavar, doblar y almacenar las toallas; tapetes para limpiar y enrollar; limpiar y trapear los vestuarios, Ć”reas generales y la sala caliente; bĆ”sicamente para mantener el estudio impecable y en funcionamiento. Me encantó cada minuto de Ć©l.
En los meses siguientes practiquĆ© yoga casi todos los dĆas. Los viernes por la noche se convirtieron en mi noche favorita de la semana porque dedicaba cuatro horas a pagar mi prĆ”ctica. AdemĆ”s, los viernes por la noche eran bastante divertidos en la ciudad. El estudio Modo fue un excelente lugar para salir despuĆ©s de mi turno y disfrutar del centro de Portland.
Fui estudiante de intercambio de energĆa durante 3 aƱos. Nunca quise irme. La tercera semana de mi viaje de yoga sabĆa que iba a enseƱar. Me aferrĆ© a ese objetivo durante aƱos. Una vez que me di cuenta de eso, me comprometĆ en silencio a asistir a la formación de profesores que ofrecĆa Modo Yoga. El universo tiene una manera de probar nuestra resolución. EmpecĆ© a jugar este extraƱo juego del gato y el ratón con el entrenamiento de yoga. TendrĆa la oportunidad de tomar el entrenamiento de yoga, pero no podĆa pagarlo. Luego habrĆa momentos en los que podrĆa permitĆrmelo, pero no hubo oportunidad. EquilibrĆ© entre esos dos paralelos durante cinco aƱos, sin embargo, la idea de enseƱar yoga se quedó conmigo. Incluso hubo un momento en que descontinuĆ© mi prĆ”ctica personal de yoga por completo. Por alguna razón, la enseƱanza todavĆa estaba en mi corazón. Finalmente, la oportunidad y el dinero se unieron. No dudĆ©. CompletĆ© el curso y la primera clase que enseƱƩ fue una clase de Zoom. Mi primer alumno fue mi madre a las 6 am. Para la mayorĆa eso es probablemente un poco temprano, pero ambos somos madrugadores. En la siguiente clase, mi alumna era mi querida amiga Kendra. DespuĆ©s de eso, comencĆ© a invitar a mĆ”s familiares, otros amigos y todo comenzó a crecer a partir de ahĆ. PensĆ©, quĆ© mejor manera de honrar este dharma del yoga que ponerlo a disposición de todas las personas que amo; y todos los demĆ”s tambiĆ©n.


